Auténtica huida de felicidad y encanto,
que se fortalece con el descaro y la incomprensión.
Ataduras grises y opresores vedan
los posibles destellos de felicidad.
Desesperanza...
Obtusas respuestas a tan anchurosos interrogantes.
Quizás, la apuesta sea diferente:
sólo nosotros logramos decepcionarnos
al poner nuestras expectativas
en los escenarios desafortunados...