Muchas
veces acaecen situaciones y vivimos instantes que acontecen como halos efímeros
y es por esta escueta razón que pasan a segundos planos y no nos detenemos a cavilar
por qué sucede aquello o por qué tengo que padecer cuestiones que convergen en
la siguiente pregunta:
¿
por qué a mi?...
Principió un día como hoy: nublado, con lluvia y ventoso. Siempre estuvo
ahí; era visible de una manera invisible. Su presencia nunca era notoria. Sin
embargo, era consciente de su existencia. Ocurrió entre risas, bromas
y burlas, de la manera más natural, ingenua y cándida.
Ocho palabras fueron suficientes para que un regocijo se me escapara entre
mi sonrisa y expresiones esa noche, y sin valuar el tiempo, el espacio, ni la distancia,
departimos como si perpetuamente lo hubiéramos hecho. Como dije en líneas
anteriores, transcurrió de la manera más natural. Así corrieron las horas, los
días, los meses y cuando menos lo especulamos, nosotros no manejábamos los
sentimientos; ellos eran quienes esgrimían los hilos de las marionetas, es
decir nosotros.
No obstante, el contexto en el cual estábamos inmersos, no era el mejor de
los escenarios, en absoluto.... Allí surgió el término bola de nieve....
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